Casi todos los días aparecen en el mundo nuevos programas maliciosos que infectan equipos de usuarios privados y agencias gubernamentales. La mayoría de los virus se pueden combatir con programas de protección especiales. Sin embargo, a veces, incluso los proveedores de antivirus experimentados se sorprenden de la habilidad de los atacantes. A principios de 2012, los expertos descubrieron uno de los programas de software espía más potentes que infectaba equipos en varios países de Oriente Medio.
Durante un estudio iniciado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones, Kaspersky Lab identificó malware que se ha utilizado para el ciberespionaje durante varios años. El virus le permite robar datos sobre sistemas atacados, sobre archivos almacenados en una computadora, información de contacto de los usuarios, grabaciones de audio de conversaciones. El objeto del ataque era a menudo la información mostrada en los monitores.
El programa, llamado Flame, es similar en principio a los virus Duqu y Stuxnet. Anteriormente, estos virus ya han desactivado el equipo de una de las plantas de enriquecimiento de uranio iraníes. La parte iraní acusó a Estados Unidos e Israel de distribuir malware. Algunas empresas europeas también fueron atacadas por troyanos.
En una conferencia de prensa, el experto de Kaspersky Lab, Alexander Gostev, habló sobre los detalles de la nueva detección de virus. Todo comenzó en abril de 2012, cuando Irán anunció la desaparición de datos de las computadoras de una de las compañías petroleras. La base de datos fue claramente eliminada deliberadamente. Kaspersky Lab, que se unió a la investigación, encontró rastros de la presencia de software malicioso con muchas funciones, según el portal de Internet CNews. Los expertos han registrado más de 500 computadoras infectadas con el nuevo virus en Irán y países vecinos.
Según informa Lenta. Ru, el virus Flame es un conjunto de herramientas para organizar un ataque informático, que incluye veinte módulos funcionales. El software malicioso ha estado operando en muchos países de Oriente Medio, sin pasar por alto ni las computadoras de los usuarios comunes ni los equipos de las organizaciones gubernamentales. Curiosamente, el virus no tiene una función incorporada para robar datos en las cuentas bancarias de los usuarios. Los especialistas de Kaspersky Lab aún no han podido identificar de manera confiable el origen de la aplicación.