El sistema operativo Windows a veces puede comportarse de manera inestable, por ejemplo, se congela al inicio o no se inicia en absoluto después de encender la computadora. Esto puede deberse a diversas razones.
Instrucciones
Paso 1
Determine la naturaleza del problema. Windows debería comenzar a cargarse unos segundos después de encender la computadora. Si no es así, mire la pantalla. A veces, el problema puede no estar en el sistema, sino en el BIOS (firmware instalado en la placa base) que no está configurado correctamente. Si después de encender la pantalla permanece oscura y no sucede nada, lo más probable es que este sea el problema.
Paso 2
Consulte el manual de usuario de su placa base. Averigüe qué tecla es responsable de ingresar la configuración del BIOS y presiónela inmediatamente después de encender la computadora. En el menú que aparece, seleccione el elemento Cargar valores predeterminados optimizados, presione F10 y la tecla Y. Esto restaurará la configuración original, que puede haber sido cambiada al azar.
Paso 3
Vea si el sistema comienza a iniciarse (debería aparecer una barra de inicio). Si esto no sucede, reinicie su computadora y presione la tecla F8 varias veces seguidas. Aparecerá el menú de inicio del sistema. Intente ejecutarlo eligiendo la opción "Modo seguro". Si el sistema arranca, seleccione "Centro de restauración del sistema" en el menú principal y retroceda Windows a uno de los puntos de restauración. Reinicie su computadora normalmente.
Paso 4
Utilice el disco de arranque de Windows desde el que se instaló el sistema en la computadora. Insértelo en la unidad. En BIOS, seleccione Arrancar desde CD o DVD. Reinicie su computadora y siga las instrucciones que aparecen en la pantalla. En última instancia, se le llevará al menú de recuperación del sistema. Si la reversión no ayuda, la única solución es reinstalar Windows desde el disco de arranque. Recuerda que si lo haces con el parámetro "Actualizar", los datos guardados en el disco duro no se verán afectados.