Puede suceder que una computadora que le ha funcionado bien durante varios años deje de encenderse repentinamente. Pero esto no significa en absoluto que la computadora vieja deba desecharse, aunque existe esa posibilidad.
Una de las razones más comunes por las que una computadora no se enciende es una fuente de alimentación defectuosa. Al mismo tiempo, es posible que la computadora no responda en absoluto al presionar el botón de encendido, o incluso puede funcionar después de estar encendida por un tiempo y luego apagarse por completo. Este es el caso más frecuente.
Al principio, no parece haber nada extraño, y luego la computadora comienza a apagarse después de varias horas de trabajo, y pronto este tiempo comienza a disminuir y, como resultado, la computadora se niega por completo a iniciarse. En la mayoría de los casos, los culpables son los condensadores.
Los condensadores son los elementos más vulnerables de las placas de computadora. Con el tiempo, se hinchan y se vuelven inutilizables. Es fácil determinar la parte defectuosa por los condensadores hinchados.
Para detectar una falla, apague completamente la computadora, luego retire la cubierta de la unidad del sistema y, en la parte posterior, desenrosque los pernos a los que está conectada la fuente de alimentación (si es necesario, desconecte todos los conectores).
Mire de cerca los capacitores a través de las rejillas a los lados de la fuente de alimentación. Si hay hinchados, entonces el problema está en la fuente de alimentación.
Si no encuentra ningún signo obvio, intente conectar otra fuente de alimentación (¡ATENCIÓN! ¡La fuente de alimentación no debe ser inferior a la indicada en la suya!). Intente encender su computadora. Si todo funciona, no dude en comprar una nueva fuente de alimentación.
Si las manipulaciones con la fuente de alimentación no funcionaron, inspeccione la placa base en busca de los mismos condensadores hinchados. En el caso de que sea la placa base la que se descomponga, lo más probable es que tenga que comprar una computadora nueva si la suya ya es lo suficientemente vieja.
El hecho es que los fabricantes de componentes cambian constantemente los conectores de sus productos y, por ejemplo, difícilmente puede conectar su antiguo procesador a una nueva placa base. Lo mismo ocurre con la RAM, la tarjeta de video, etc.
Si no hay signos evidentes de avería, lleve la unidad del sistema a reparar, donde se le diagnosticará.